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sábado, 4 de enero de 2020

Carta a SSMM Los Reyes Magos de Oriente


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En Granada a 4 de enero del 2020

A la atención de SSMM Los Reyes Magos de Oriente.
Mis queridos Reyes Magos:
Ante todo daros las gracias por llenar de ilusión la vida de los miles de niños y no tan niños, que creen en la magia de la bondad de sus corazones.

Sé que este año os estoy escribiendo algo justa de tiempo, pero es que he preferido esperar para ver si ocurría un pequeño milagro en el corazón de nuestros nuevos gobernantes y se apiadaban de los pobres infantes y jóvenes españoles y de sus profesores, y dejaban a un lado sus intereses particulares en pro del interés general, dejando quieta la Ley Orgánica de Educación y a las Universidades y dotando de presupuesto económico a la Administración Educativa y a la Investigación, pero como parece que va a ser que no, os ruego que hagáis lo posible para que se cumplan los siguientes tres mágicos deseos, uno por cada uno de vosotros:

A Su Majestad el Rey Melchor, le pido ESPERANZA, para poder seguir luchando en pro de la igualdad de derechos educativos de todos los niños y jóvenes españoles, lo que no significa que los agrupen a todos en el mismo espacio y con la misma edad, sino que a cada uno de ellos le permitan aprender conforme necesita, para poder desarrollar al máximo sus posibilidades y ser felices.

A Su Majestad el Rey Gaspar, le pido montones de GAFAS, para que los políticos, los técnicos y los docentes sepan ver la distintas necesidades educativas de cada uno de los niños y jóvenes a los que tienen que enseñar, especialmente, las de mis pequeños invisibles: los menores con NEAE por AACC que son los grandes olvidados del sistema.

A Su Majestad el Rey Baltasar, le pido AMOR para que desaparezca el bulling de nuestras aulas. Que en este año que comienza no haya un solo niño o niña que sufra maltrato por parte de sus compañeros, ni de sus profesores, ni de los técnicos que han de decidir sobre sus derechos educativos.

Sé que estos deseos no son fáciles de conseguir, pero también sé que son miles las familias que se unirán a mi en estos deseos durante esta Noche de Reyes.

Se despide alguien que no pierde la ilusión por crear un mundo mejor a través de la Buena Educación:  aquella que nos hace ser mejores personas.  

P.D.:  Os he dejado junto al árbol unos mantecados de perseverancia para el camino y unos boles con agua de resistencia para los camellos.

Os quiere,

Belén Ros

P.D.:  Este año aprenderé cómo publicar esto mismo con wordpress:  www.ros-abogados.es

sábado, 23 de noviembre de 2019

La inatención educativa de los alumnos con Altas Capacidades Intelectuales en España.-


    


Aunque suene muy duro, la realidad es que en España no se atienden las altas capacidades intelectuales. 

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que el grupo de alumnos llamado de “altas capacidades intelectuales” es un grupo muy heterogéneo que reúne alumnos con necesidades educativas muy diferentes entre sí que la Administración ha metido en un mismo saco como si fuera posible atenderlos a todos igual. 

Para hacernos una idea, la Administración Educativa con el fin de atender “adecuadamente” a sus alumnos crea un grupo al que llama “alumnos con problemas visuales” donde estarían todos los niños que presenten algún tipo de problema visual:  desde los miopes, astigmáticos, hipermétropes, daltónicos,…, hasta los que tienen algún tipo de ceguera parcial o total.  En este caso se puede observar que las necesidades visuales de los niños en relación a su aprendizaje son muy diferentes:  a unos les bastará con utilizar gafas con unas lentes con mayor o menor graduación, textos con una letra más grande o únicamente en color negro, estar más cerca de una fuente de luz o de la pizarra, mientras que otros necesitarán aprender braille, utilizar un bastón o un perro guía, …  Pues esto mismo sucede con los alumnos con altas capacidades intelectuales, colectivo que agrupa a los alumnos con precocidad, talento simple, múltiple o complejo y superdotación, y dentro de éstos, también existen distintos grados de profundidad que llegan hasta los “genios”.

El problema principal es que mientras que puede resultar más o menos fácil detectar un problema visual, máxime si recibimos un informe de un oftalmólogo, al que los funcionarios educativos jamás le pondrán pegas o que ya vengan al colegio con las gafas puestas, a los alumnos de altas capacidades intelectuales, que lo que tienen es un cerebro diferente, madurativamente asincrónico, incluso aportando un informe clínico al respecto, no se les identifica ni se les atiende, puesto que constantemente se les está obligando a “normalizarse”, esto es, se les obliga a perder su “identidad” y se impide que su potencial se desarrolle.

Esto sucede por varios motivos que van más allá de la falta de sensibilidad hacia las necesidades de estos niños y de la general ignorancia en la materia y que se encuentra en la raíz misma del sistema educativos español:  a pesar de que todas nuestras leyes educativas repitan cual loros amaestrados aquello que la Convención de Derechos del Niño establece en su artículo 29 y que es Ley por establecerlo así el art. 10 de la Constitución Española vigente:  que “la educación de los niños deberá ir encaminada a que desarrollen al máximo sus posibilidades”, la realidad es que las leyes orgánicas de educación están diseñadas para que los alumnos españoles alcancen unos objetivos mínimos en un tiempo determinado para su inserción en el mercado laboral.  Si se ha ido aumentando progresivamente la edad obligatoria de la escolarización no es porque todos los menores necesiten mayor formación académica hoy que hace cincuenta años, no nos engañemos, es porque así ingresarán más tarde en el mercado laboral.

Desde la Administración Educativa Española decir que vamos a ayudar a los niños de altas capacidades intelectuales a desarrollar al máximo su potencial es terriblemente hipócrita y absolutamente falso:  no se les permite aprender más ni más rápido porque el sistema está diseñado, no para respetar su diferencia, sino para “normalizarlos”.

Ante esta terrible injusticia que atentaba directamente contra los derechos de estos niños, el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo dictaron numerosas Sentencias obligando a que la Administración Educativa permitiera que estos niños se desarrollaran intelectualmente y que avanzaran curricularmente SIN LÍMITES, lo que motivó que se dictara el Real Decreto 943/2003 sobre flexibilización de las distintas etapas educativas para los alumnos superdotados, en vigor, que establecía no solo los “saltos del curso”, sino una serie de medidas complementarias que iban desde apoyo emocional a la planificación y programación específica, la formación de docentes y técnicos y la existencia de centros educativos específicos, centros que vienen recogidos por la actual LOMCE en el art. 122, bis b).

Tras la entrada en vigor de dicho Real Decreto en 2003 no he visto aceleraciones múltiples de más de tres años en todo el país, las de dos son una “rara avis”, y se siguen negando, sistemáticamente, incluso las de un curso, bajo la lógica general imperante de la “normalidad”, que es incapaz de ver que estos niños no son como el resto. 

Desde esta lógica de la “normalidad” nunca se van a atender las necesidades de estos niños por varios motivos:

1.-  Los Orientadores Educativos sin formación específica o con formación, pero desbordados de trabajo y burocracia, no se van a salir del “copia y pega de los informes” en relación a estos niños, informes destinados no a atender a estos niños, sino a facilitarle la vida a los docentes y a ellos mismos, que repiten generalidades abstractas para cubrir los expedientes.

2.-  Estos informes dan lugar a la emisión de los dictámenes de escolarización (declaración administrativa de NEAE) o sirven como tal, determinando los recursos que se ponen a disposición de los Centros para atender a estos alumnos y a todas las demás NEAE, esto es, vinculan los centros a los que se puede ir y los recursos están en los centros que se habilitan para esa NEAE y, como la realidad es que no hay para todos (por aquello de que no hay inversión en educación), estos recursos se otorgan por “volumen”.  Cuantos menos niños haya evaluados y reconocidos oficialmente, menos necesidad de medios materiales y humanos.

3.-  A pesar de que la legislación permite teóricamente que en los “Planes de Atención a la Diversidad” se puedan utilizar distintas herramientas pedagógicas para la atención de este tipo de alumnado, como puede ser el agrupamiento en “aulas flexibles”, “aulas de atención a la diversidad”, “la compactación curricular” o “la flexibilidad horaria”, se impide que esto se lleve a la práctica de forma coordinada:  ningún orientador (salvo excepciones) va a determinar que un niño necesite ese tipo de medidas, si lo hace, ningún inspector (salvo excepciones) va a autorizar que eso se lleve a cabo y, si a pesar de todo lo autoriza, las administraciones educativas no van a dar los medios (personales y materiales) para que estas medidas se lleven a cabo.

Pero el colmo de la hipocresía administrativa en la materia son los nuevos “Planes de Atención a las Altas Capacidades Intelectuales” y los orientadores “expertos”, que desde que apareciera el Plan de Andalucía de 2011, han proliferado por nuestra geografía, cual luces de neón, con el único fin de excusar la inatención educativa de este colectivo ante los Tribunales de Justicia.

Porque, seamos claros, la existencia de alumnos de altas capacidades intelectuales, como la de alumnos con discapacidad o sin ella, ha existido siempre y todas las leyes educativas desde los años 70 vienen reconociendo los derechos de este alumnado, ¿cómo puede tratarse esto de una moda? ¿es una moda que haya alumnos con discapacidad? ¿cómo es posible que en las carreras de magisterio y pedagogía no se estudie a este tipo de alumnado? ¿cómo es posible que en todos los planes que se van dictando a 2019 se siga hablando de “sensibilización” de los docentes y los técnicos? ¿cómo es posible que no se doten recursos y que se impida su atención cuando alguien se atreve a decir que la necesitan?

Algunos ejemplos de esta hipocresía educativa son los siguientes:

Una vez pasada la carrera de obstáculos de la evaluación psicopedagógica tenemos:

a)  Un alumno reconocido como de AACC con talento musical:  toca el violín como los ángeles con 8 años y está en grado profesional en el conservatorio, al que tiene que ir después de permanecer 6/8 horas en el colegio durante otras 4 horas, a las que hay que añadir las horas de práctica con el instrumento y la realización de deberes, esto es, tenemos un niño de 8 años con 12/14 horas de trabajo diarias y, además, no autorizamos que falte a clase para acudir a concursos o preparar conciertos y exhibiciones.

Cambiemos el talento por danza, idiomas, o arte, estamos en lo mismo.  Al menos, este tipo de alumnos tienen la posibilidad de disponer de un título oficial en una materia reglada oficialmente cuando terminen sus estudios.

En España solo un par de Colegios privados aúnan educación obligatoria y musical. 

b)  Un alumno reconocido como de AACC con talento deportivo:  Va al colegio, entrena después de clase y hace los deberes, realiza 12/14 horas de trabajo diarias.  Pongamos que tiene suerte de que una Federación Deportiva lo catalogue como deportista de élite:  podemos llevarlo a un Centro Deportivo de Alto Rendimiento o a una Escuela Profesional de Fútbol o de Tenis,…, que compagine su educación obligatoria con sus entrenamientos y su participación en competiciones y disponga así de un horario de trabajo digno.  Se les otorgan becas y facilidades a la hora de continuar sus estudios.  Programas específicos como el PROAD, en su prólogo, hablan de que estos deportistas aumentan el prestigio de España enarbolando la marca España internacionalmente y son socialmente beneficiosos.

La ciencia o el arte se ve que no mola a los políticos ni a la sociedad.

c) Un alumno con AACC con talento matemático, decidimos que avance un curso en matemáticas o dos o tres (aunque su velocidad le permita más), cuando llegue al cambio de etapa lo frenamos, porque “no puede seguir avanzando”, ¿qué vamos a hacer con él?.

d)  Un alumno con AACC con sobredotación intelectual, su ritmo de aprendizaje le permite hacerse los cursos, como mínimo, de dos en dos o de tres en tres:  no permitimos que avance por el currículo a su velocidad, lo entretenemos con alguna PCAI o ACAI (actividades de “profundización” o “ampliación”).  Si quiere aprender, que lo haga en horario extraescolar, pero no le damos ningún tipo de oportunidad para que desarrolle su talento fuera de clase de forma “reglada” y si tiene la suerte de poder acudir a actividades extraescolares, éstas no suelen tener ninguna validez oficial.

Si, teóricamente, consiguiéramos que finalizara la educación obligatoria a los 10 años, por ejemplo, tal como sucede en los países que sí atienden a las AACC, se tendría que enfrentar a la EVAU como cualquier alumno de 18, con la misma presión emocional que éstos y sin que su sistema psicomotriz le permita escribir tan rápido como esos alumnos y tendrá que pasar el sistema de selección de cada Universidad.  Acudirá a aulas que no están preparadas para su estatura y tampoco dispondrá (salvo excepciones) de ningún tipo de apoyo, beca o facilidad. Ayudas que tampoco dispondrán estos alumnos tengan la edad que tengan por el hecho de su diferencia.

Qué ocurre actualmente, cuando acudes a los Tribunales de Justicia en busca de la defensa del Derecho a la Educación de estos niños:  que la Administración justificará su actuación diciendo que “sus expertos” han decidido que lo que hacen es lo mejor para los niños y que se ha seguido el protocolo y los jueces, que no tienen porqué saber de necesidades educativas, les darán la razón o los justificarán para que no haya indemnización de por medio y, con los años que dura un juicio de estas características, los padres tendrán, si la tienen, una Sentencia dándoles la razón cuando el niño/a ya haya salido del sistema educativo. 

Francamente, estábamos mejor cuando esos expertos no existían, porque para lo único que sirven es para justificar la inactividad de la Administración.

Señores políticos y funcionarios de la Administración Educativa Española:  dejen de mentir y reconozcan que la educación en España para estos niños no existe y la que existe, no funciona, y que no por no reconocerlos estos alumnos dejan de existir: son el 10% de la población escolar y en sus cifras oficiales aparecen reconocidos, que no atendidos, un 0,4% en 2018.

Y por favor, por favor, por favor, no pedimos que les entiendan, ni que les atiendan, que es su deber, pero, por lo menos, permítanles avanzar, no frenen sus flexibilizaciones.

Feliz sábado.

martes, 27 de agosto de 2019

La vida de mi pueblo es particular


  Montaña en Gor


Las vacaciones de mi vida han transcurrido siempre por períodos más o menos prolongados, en el precioso pueblo de Gor, en la zona Norte de Granada, de donde es oriunda mi familia, al que yo siempre he definido como una joya desconocida y maltratada.   

Gor se encuentra al pie del Cerro del mismo nombre y en su extensa sierra que conforma el mal llamado “Parque Natural de la Sierra de Baza”, nace el río Gor, discurriendo a través de un profundo cañón excavado durante millones de años que alberga importantísimos yacimientos arqueológicos del período megalítico, íbero, bizantino y árabe (como el de Las Angosturas), lo que no es de extrañar porque ya desde tiempos remotos los hombres se dieron cuenta de la belleza del enclave y de los recursos naturales con que éste les proveía.

Su altitud le proporciona una agradable temperatura media de veintiocho grados en verano, con noches frescas en torno a los dieciocho o veinte grados, lo que te permite dormir tapado con la sábana y hasta con la colcha, cuando en la mayor parte de Andalucía y del resto del país, se están cociendo.  Los inviernos son fríos, que es lo propio de las sierras del altiplano, y amanece en muchas ocasiones cubierto por la nieve convirtiéndose en una bella postal navideña. 

Si algo enriquece aún más el entorno es el silencio de la naturaleza y su atmósfera limpia, carente de cualquier tipo de polución porque no hay industria ni prácticamente coches, salvo en los últimos días de julio y hasta mediados de agosto, lo que permite a los niños vagar a sus anchas por sus calles y plaza, previo el reconocimiento realizado por los adultos con el tradicional "¿y tú de quién eres?".


Su población es de 736 personas durante la mayor parte del año, en su mayoría personas mayores que podrían verse favorecidas de servicios adaptados a dicha población si éstos existieran, lo que no sucede fuera de la “Residencia de Mayores San Cayentano” que cuenta con 85 plazas y que da trabajo a la mayor parte de la población activa.  El resto vive del campo, de la construcción, de la economía sumergida y de las ayudas oficiales y también hay trabajadores fijos que van y vienen diariamente desde otras localidades sin estar empadronados en el pueblo, lo que, dicho sea de paso, perjudica la dotación de servicios a los residentes.

Esta población se multiplica hasta por cuatro durante el período estival, especialmente durante la primera quincena de Agosto, puesto que sus fiestas patronales en honor de San Cayetano se desarrollan desde el seis hasta el diez de ese mes. Durante ese breve período que va desde el mes de julio hasta mediados del mes de agosto, el pueblo se llena de vida y de gentes que vienen de todas las regiones españolas y de fuera de nuestras fronteras, en su mayoría oriundos del pueblo que emigraron en los años de escasez y que vienen a compartir con familiares y amigos sus afamados encierros y corridas taurinas y la alegría de sus fiestas.

Como cualquier pueblo de la España vaciada de nuestro país, éste debería ser el momento en que los lugareños en edad de trabajar hicieran su “agosto”, ofreciendo servicios de calidad que animen a los visitantes a regresar, buscando, como en el cuento de la cigarra y la hormiga, guardar para cuando llegue el invierno y, sin embargo, en esto es donde mi pueblo se diferencia del resto del mundo: mientras que cualquier localidad española, por pequeña que sea, muestra su hospitalidad en forma de bares, cafeterías o restaurantes y actividades con que agasajar y atender a sus vecinos y visitantes, máxime cuando las cifras del paro son importantes, en Gor se cierra el único bar existente y no existen actividades, salvo la posibilidad de bañarse en la piscina municipal y aquellas que los vecinos y residentes se inventan de forma altruista y voluntaria para paliar el aburrimiento.

En Gor, desde que el día 18 de agosto, domingo, se marchara la caseta del último feriante, que tras las fiestas solo podía abrir desde las siete de la tarde y sin cocina, no existe ni un solo local donde desayunar, tapear, merendar o cenar, comprar un helado o chucherías, ver el fútbol, jugar a las cartas o departir con los amigos sin el engorro de hacerlo en las casas particulares. El único bar del pueblo, el "Bar Mora", decidió cerrar por vacaciones desde finales de julio hasta el próximo septiembre, a pesar de ser en esta época cuando mayor número de personas hay en el pueblo. El Hogar del Pensionista, que prestaba sus servicios a jubilados y visitantes provisto de bar y cafetería, también había cerrados sus puertas antes del verano sin que el consistorio lo haya acondicionado para sacarlo a concurso público.

Gor es un pueblo rico en recursos naturales, astronómicos, arqueológicos y de ecoturismo, absolutamente sin explotar. Su bellísima sierra tiene potencial para hacer todo tipo de recorridos, observación de flora y fauna, actividades cinegéticas, etc.  Sus gentes y dirigentes, mostrando una increíble miopía, no han querido subirse al carro del Geoparque de Granada en el que colaboran 47 municipios, (una iniciativa de desarrollo local supramunicipal basada en el valor excepcional del patrimonio geológico y los recursos naturales de la zona), ni de las Reservas Starlight, cuyo fin principal es la protección del cielo estrellado, la difusión de la astronomía y la promoción y gestión del astroturismo, a pesar de la indudable calidad de sus cielos. 

En Gor no existen plazas hoteleras (el Hotel Villa de Gor se encuentra en la Autovía A92 a 10 km del pueblo y Venta Nueva, enfrente del anterior y en sentido opuesto), albergues, mesones o casas rurales (a excepción de las regentadas por una familia de origen inglés que ha acondicionado unos apartamentos en el Molino de Felix que se anuncian actualmente en Airbnb en inglés; las cuevas del Atochal que solo abren los fines de semana y no todos, y que están a 3 km del pueblo o los apartamentos del Gorillo que están en Las Juntas a 7 km del pueblo, lo que nos puede dar un total de poco más de cincuenta plazas, estando al completo). Salvo quienes visiten el Molino de Félix que pueden ir andando al pueblo, el resto no dispone de transportes de conexión con el mismo por lo que no solo dependen de tener vehículo propio sino que, en muchas ocasiones, no llegan a conocer el pueblo. Tampoco hay empresa o empresario dedicado a la realización de actividades de entretenimiento, de turismo de naturaleza, arqueológico o de astroturismo. Ni tan siquiera cuenta con una buena red de comunicaciones, puesto que el único medio de trasporte público es un autobús que a las ocho menos cuarto de cada mañana, en días laborables, conecta con la vecina Guadix y que devuelve a los viajeros a medio día.  

Y en los casos anteriores no podemos echarles toda la culpa a las Administraciones Públicas de la Comunidad o del Estado como es habitual en este país, porque la realidad es que se han invertido fondos FEDER en el pueblo para dotar de servicios a la población en varias ocasiones, fondos que han caído en saco roto o han terminado convertidos en casas particulares de lujo tras agotar los cinco años previstos en la normativa de las ayudas para no tener que devolverlas.   

Lo triste de un agosto de vacaciones sin bares ni kioscos de helados o refrescos, es que está echando a aquellos que vienen a disfrutar del verano de su pueblo e impidiendo que otros nos visiten. No todos tienen la oportunidad de conducir cuatro kilómetros hasta la venta más cercana para tomarse un refresco o bien desean tomarse una cerveza o un buen vino de la zona sin el peligro de tener que coger después el coche. Y creo que todos los que amamos este pueblo y deseamos que no desaparezca, sacrificaríamos algo de este maravilloso silencio por escuchar la vida en sus calles y no pasear entre casas cerradas o acudir a estas alturas del verano a una plaza que a las diez de la noche se encuentra ya vacía.

Y es que un estío sin posibilidad de asueto para un pueblo vaciado, en palabras de García Márquez, es la "Crónica de una muerte anunciada".

sábado, 15 de junio de 2019

El mito de la inteligencia vs infelicidad.-



Sin duda uno de los mitos más extendidos, yo creo que para justificar el “miedo” que le causa a la gente “normal” el hecho de ser menos inteligente que las personas con inteligencia por encima de la media –por aquello de que la inteligencia forma una parte importante de nuestro autoconcepto-, es insistir, sin base científica alguna, en que las personas extremadamente inteligentes son infelices o tienen problemas emocionales.  Es lo mismo que se dice de las personas extremadamente ricas para justificar aquello de que “el dinero no hace la felicidad”, cierto, no lo hace, pero, sin duda, ayuda bastante; pues lo mismo sucede con la inteligencia.

A la difusión de este mito ha contribuido tanto la imaginería difundida por la literatura o el cine/televisión, en que la que los antagonistas de los héroes eran siempre villanos altamente inteligentes y amargados o psicóticos, como auténticos best-seller en materia de inteligencia tales como “La maldición de la inteligencia” de la Dra. Carmen Sanz Chacón o “¿Demasiado inteligente para ser feliz?” de la Dra. Jeanne Siauch Fachinne, quienes han descrito en sus libros los problemas de las personas que han acudido a las mismas en busca de ayuda profesional a causa de las frecuentes trabas educativas y sociales a las que se han visto enfrentados.  Esta es una visión sesgada de la realidad porque, obviamente, las personas inteligentes, emocional y psicológicamente sanas y felices no van a terapia.

Lo primero que debemos aclarar es qué se entiende por felicidad, cuestión esta nada baladí, pues se trata de un constructo complejo de evaluar científicamente, que se puede enfocar desde la filosofía, la psicología, la genética, o la economía.

Desde el punto de vista psicológico, la Dra. Sonja Lyubomirsky, Profesora de la Universidad de California, la define como la experiencia de bienestar que se asocia a una profunda satisfacción y sensación de propósito vital.

Por su parte, el psicólogo Martin Seligman vincula el reconocimiento de la propia felicidad con el grado de satisfacción que tenemos con la vida y no solamente con una sucesión de estados de ánimo positivos. 

Seligman identifica tres componentes de la felicidad:

a)  El primero se corresponde con emociones positivas como el disfrute, la vida gozosa o la comodidad. Lo que los filósofos llaman hedonismo.

b) El segundo se vincula con experimentar el placer a través de las tareas y actividades, lo que nos genera un estado de fluidez (flow, conexión,…), que hace que perdamos la noción del tiempo e, incluso, de nosotros mismos.  Está demostrado que hacer cosas que nos gustan y con las que nos apasionamos, disminuye la ansiedad y el estado de alerta.

c)  El tercer componente de la felicidad es la trascendencia, utilizar las fortalezas personales para servir a un bien mayor.

Lo que posteriormente amplía incorporando otros dos elementos:  las relaciones sociales positivas y los logros alcanzados o el sentimiento de realización personal.

Las relaciones sociales positivas y duraderas afectan a las funciones psicológicas, fisiológicas y de comportamiento, ayudan a proteger nuestro cerebro y contribuyen a nuestro bienestar.  Por ejemplo, se ha demostrado que existe una mejor respuesta ante el estrés cuando estamos con nuestros seres queridos, ya sean éstos personas o mascotas. Por este motivo, el sentido de pertenencia es un escudo contra la soledad, la depresión y la ansiedad.  El apoyo social, igual que el optimismo, tiene un gran impacto en el sistema inmunológico y cumple un rol protector en el ser humano con positivas consecuencias ante las enfermedades.

Esto quiere decir que existen distintas formas de experimentar el bienestar y la felicidad que se encuentran correlacionadas con frecuencia e implican distintos niveles de procesamiento cognitivo (inteligencia).  Por ejemplo, evaluar el bienestar eudaimónico que está relacionado con los juicios sobre la calidad o el significado de la vida, demanda una considerable reflexión y tiempo, así como una comparación con estándares autoseleccionados (mejor vida comparada con quién o qué), mientras que evaluar el bienestar hedónico referido a los sentimientos o al ánimo puede ser más sencillo:  nivel de alegría, tristeza, enojo o estrés, …

Tenemos que tener claro que las circunstancias de la vida, nuestras expectativas y nuestra composición genética influyen en cuán felices somos.

Desde 1996 se han llevado a cabo numerosos estudios para determinar si la genética y la felicidad estaban conectas y se ha descubierto que sí hay un componente genético en la felicidad que explicaba el bienestar hedónico (sensación de felicidad) en un 36% y el bienestar eudaimónico (sentir que nuestra vida tiene sentido) en un 32% de la misma, incluso, se han llevado a cabo estudios para determinar cuáles son las bases genéticas del bienestar humano y del sentido de la vida.

Esto quiere decir que podemos hacer mucho por nuestra felicidad, como trabajar en lo que nos gusta, expresar nuestros sentimientos, establecer y lograr metas, consolidar vínculos con otros seres, disfrutar el presente, reducir los pensamientos negativos, trabajar la auto-aceptación, tener hábitos de vida saludables y encontrar un propósito más allá de uno mismo.

Uno de los aspectos que parece estar fuertemente asociado a la felicidad tiene que ver con el sentimiento de espiritualidad, ya responda ésta a creencias religiosas o a lazos grupales, y este es, precisamente, el quinto nivel de la Teoría de la Desintegración positiva de Dabroski en sus estudios sobre la superdotación.

En conclusión, una elevada inteligencia no contribuye al desarrollo de algún tipo de trastorno mental, ni tiene relación con la infelicidad.

Existe eso sí, un riesgo y una predisposición a la preocupación excesiva, a la auto-crítica y percibir la realidad de un modo muy sesgado, tendente a la negatividad.  Estudios como el llevado a cabo por Alexander Penney, de la Universidad de Lakhead, Canadá, nos señalan que las personas inteligentes se caracterizan sobre todo por tener una «mente rumiante» que, si no se controla adecuadamente, puede acabar alimentando la preocupación y la ansiedad, hasta que poco a poco se corre el riesgo de derivar en algún tipo de trastorno emocional.  Para evitar este problema existen una gran cantidad de herramientas psicológicas y emocionales que pueden ser utilizadas y que sería muy útil implementar como aprendizajes durante la infancia y la adolescencia de estas personas.

Todo ello da forma a algo muy concreto: en nuestra sociedad tenemos personas brillantes o superdotadas intelectuales, que sacan partido de todo su potencial invirtiendo no solo en su propia calidad de vida, sino en la propia sociedad, por lo que podríamos decir que no solo son más inteligentes, sino que también son más felices.

Las justificaciones por parte de las personas normales de que los más inteligentes son infelices son de lo más variado, pero se suele señalar que:

1.-  “Quieren igualar todo con sus altos estándares.”
2.-  “No están satisfechos con la vida porque apuntan a cosas más grandes.  La vida ordinaria no es suficiente para ellos.”
3.-  “Son víctimas de un excesivo análisis”.
4.-  “Las personas inteligentes se culpan demasiado.”-
5.-  “Las personas inteligentes se sienten incomprendidas”.-
6.-  “Las personas inteligentes suelen desarrollar problemas psicológicos.”-

No solo ninguna de las afirmaciones anteriores tiene base científica (una “mente rumiante” se puede controlar tal como hemos dicho) y las dos primeras son lo que ha hecho avanzar a la humanidad desde el principio de los tiempos,  sino que el propio concepto de inteligencia como “facultad que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea de la realidad” tiene una correlación positiva con los conceptos de felicidad y bienestar antes vistos.

Por último, si Amor y Felicidad van de la mano, ¿dónde queda aquí la inteligencia?
Sed felices.


martes, 11 de junio de 2019

Estudios científicos sobre los beneficios de la aceleración educativa para los alumnos superdotados.-

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Hace poco se ha publicado también por la NAGC (National Association for Gifted Children) un interesante estudio sobre los beneficiosos efectos de la aceleración o flexibilización educativa para los alumnos intelectualmente superdotados.






Podéis leer el artículo completo aquí:
http://www.nagc.org/resources-publications/gifted-education-practices/acceleration?fbclid=IwAR28v6SJzUfaLRBD9c8AhIsSIyn1pWzn44TPrSrDtJLJ_ypAnBxZPRr0MyY

Entendemos por aceleración el método educativo por el que “se hace coincidir el nivel y la complejidad del currículo con la preparación y la motivación del alumno ”(p. 66). [1]

En un estudio de personas superdotadas que habían sido aceleradas en su infancia, el 71% manifestó satisfacción con su experiencia de aceleración. De los participantes que informaron que estaban insatisfechos, la mayoría indicó que hubieran preferido más aceleración. [2] Además, en una serie de entrevistas con estudiantes que fueron acelerados, una abrumadora mayoría de estos estudiantes dijo que la aceleración fue una "excelente experiencia" para ellos. [3]

Algunos detractores de esta medida educativa argumentan (sin base empírica para ello) que la aceleración puede ser perjudicial para el autoconcepto de los estudiantes, su capacidad para adaptarse a sus compañeros mayores u otras necesidades socioemocionales. Sin embargo, la investigación sobre la aceleración ha demostrado múltiples beneficios académicos para los estudiantes y sugiere que la aceleración no perjudica a los estudiantes. Como lo determinó el Grupo Nacional de Trabajo sobre Aceleración, “no hay evidencia de que la aceleración tenga un efecto negativo en el desarrollo socioemocional de un estudiante” (p. 4). [4]

En un estudio se demostró que los estudiantes a los que se les permitió el ingreso temprano a la escuela primaria tenían un promedio de 6 meses de progreso en comparación con sus compañeros de edad durante el mismo año. Además, estos estudiantes mostraron una mejoría en la socialización y la autoestima en comparación con las dificultades leves que enfrentan los estudiantes avanzados que no fueron acelerados. [5]

En otro estudio, los investigadores observaron que una muestra de estudiantes que habían participado en la aceleración de todo el grado no eran muy diferentes en su percepción de la competencia interpersonal (incluida la interacción con otros y su capacidad para formar amistades) en comparación con un grupo heterogéneo de estudiantes normal.  Además, los investigadores encontraron que los estudiantes académicamente dotados tenían un autoconcepto académico más alto y un autoconcepto general más positivo que sus compañeros en el grupo de comparación. [6]

También se ha demostrado que los estudiantes acelerados superan académicamente a sus compañeros no acelerados a largo plazo. Un estudio longitudinal de estudiantes altamente talentosos en matemáticas demostró que los estudiantes que se saltaron un grado tenían más probabilidades de obtener títulos de posgrado, publicar trabajos y recibir patentes en las áreas de STEM [7], y otro informe señaló que estos estudiantes obtuvieron otros títulos avanzados en Tasas más altas que sus pares [8]. Además, los investigadores han descubierto que, en general, la aceleración influye de manera positiva en el rendimiento académico de los estudiantes con alta capacidad, y que estos estudiantes superan a sus compañeros en otras áreas, incluidas las calificaciones en los exámenes estandarizados, las calificaciones en la universidad y el estado de las universidades en las que se encuentran;  así como en la realización de sus carreras y en sus posteriores trayectorias profesionales [9].

Por último, la aceleración es una intervención educativa rentable. Aquellas aceleraciones que se basan únicamente, en adelantar cursos cuestan poco de implementar y producen beneficios sociales en la medida en que los estudiantes completan la educación antes de lo programado y se convierten en adultos productivos más temprano en sus vidas. Los costos de los formularios basados ​​en el sujeto pueden ser ligeramente más altos, pero aún menos prohibitivos que otras formas de programación dotada. [10]

Bibliografía:

[1, 3, 9] Colangelo, N., Assouline, S., & Gross, M. U. M. (2004). A nation deceived: How schools hold back America’s brightest students (Vol. 1). Iowa City: University of Iowa, Connie Belin & Jacqueline N. Blank International Center for Gifted Education and Talent Development.

[2] Lubinski, D., Webb, R. M., Morelock, M. J., & Benbow. C. (2001). Top 1 in 10,000: A 10-Year follow-up of the profoundly gifted, Journal of Applied Psychology, 86(4), 720.??

[4] Institute for Research and Policy on Acceleration, National Association for Gifted Children, and Council of State Directors of Programs for the Gifted. (2009). Guidelines for developing an academic acceleration policy. Iowa City, IA: Authors.

[5] Rogers, K. B. (2002). Re-forming gifted education: How parents and teachers can match the program to the child. Scottsdale, AZ: Great Potential Press.

[6] Lee, S. Y., Olszewski-Kubilius, P., & Thomson, D. T. (2012). Academically gifted students perceived interpersonal competence and peer relationships. Gifted Child Quarterly, 56, 90–104.

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